martes, 31 de marzo de 2009

València en Falles

Avui vull rendir homenatge a la terra que m'ha donat de menjar durant tres anys de la meva vida: la ciutat del Turia, València. No podia acabar el mes de març sense parlar d'un dels grans clàssics del mateix: la festa de les Falles. I quin millor que fer-ho en valencià.

Pero lo cierto es que no sería capaz de hacerlo bien. Así que seguiré en castellano. Y así mantenemos la cooficialidad.

Las Fallas las iniciaron los carpinteros valencianos: al llegar la fiesta de su Patrono, San José, sacaban a la calle toda la madera sobrante del año de trabajo y la quemaban. Ahora la cosa ha cambiado un poquito, ¿no?

Pero lo que me interesa destacar sobre todo de estas grandes fiestas es que las pueden disfrutar personas de todas las edades. A las abuelas les entusiasman los pasacalles y llevar su ofrenda para el manto de la Cheperudeta a la Plaza de la Virgen. Los niños disfrutan tirando chinitos en el patio del colegio. Las mujeres de cualquier edad se vuelven locas con ver un traje de fallera, y las adolescentes de ciertos ambientes mantienen auténticas competiciones por llegar a ser la Fallera Mayor de su barrio.

Los hombres maduros se complacen en su poder de elaborar el programa de la caseta para los días cumbre, y en haber sido el que más dinero ha puesto ese año para la falla. Si son niños, están en la banda de música tocando el tambor o, si son muy torpes, el bombo. Y si estamos ante chicos jóvenes, las guerras de borrachos (no es lo que parece) triunfan bastante. Ni que decir tiene que los universitarios están encantados con que desde el 1 de marzo haya mascletá a las dos de la tarde: es la excusa perfecta para fumarse la última clase y acudir a la calle Correos al fiche y ligoteo de rigor.

Los castillos de fuegos artificiales (impresionante la Nit del Foc) y la cremá entusiasman a todas y a todos, y son el pistoletazo de salida para la juerga nocturna de los jóvenes. Pero siempre amanece el 20 de marzo, día triste donde los haya...

lunes, 30 de marzo de 2009

A man for all seasons

Spot Party (II) El nihilismo banal

En el primer post de esta serie accedimos al fenómeno de la Fiesta de la Espinilla desde la perspectiva teológico-pastoral.

Hoy la cosa va de filósofos y de historiadores.

Es ya un clásico la distinción de Robert Spaemann entre el nihilismo heroico de la juventud nazi-nietzeana y el nihilismo banal, propio de la spot party. Ese heroísmo vacío de comienzos de siglo XX que reflejado de modo estremecedor, atractivo y repugnante a la vez, en la película "Der Triumph des Willens" ("El Triunfo de la Voluntad") de Lenni Riefenstahl: la película de propaganda más espectacular de la historia, sobre el congreso del partido nazi de Nüremberg en 1934. Cuerpos musculosos, alegre camaradería, cantos regio-imperiales, perfiles arios, banderas y pendones al viento, brazos en alto, promesas milenarias para la raza.
Aquellos pobres chicos del Führer terminaron sus vidas supuestamente heroicas en el fango de Stalingrado, calcinados en el interior de un carro de combate, o quién sabe dónde.

Si hubiera que escenificar el nihilismo banal de la juventud postmoderna, bastaría darse un garbeo por el VIPS de Lista. ¿Qué hay detrás de sus sueños y conversaciones? Nada. Como tampoco había nada real y valioso detrás de los berridos de Hitler, ciertamente. Pero la pose de estos spot-muchachos refleja además la moda de su tiempo: la banalidad. Hay un doble vacío en su actitud vital. No cabe ni por un momento la admiración ante el derroche de energía propio del heroísmo. Unos cuerpos de 14 años encierran almas de ancianos descreídos y decepcionados de la vida, antes incluso de haber pasado por la más mínima dificultad. Ji-ji-ja-ja. Cualquier pretensión de seriedad o de trascendencia que no tenga que ver con el ligoteo del fin de semana o la elección de la marca de los calzoncillos, es vilipendiada bajo el anatema del aburrimiento.

Pero esta no es la única alternativa a la juventud manipulada por las ideologías. Hay otros modos de reunirse de la gente, que pueden ser heroicos sin ser destructivos. Esto oímos algunos en Tor Vergata 2000, estremecidos entre el recuerdo de Nüremberg 1934 y la visión de aquella muchedumbre multicolor de Roma:

"A lo largo del siglo que termina, jóvenes como vosotros eran convocados en reuniones masivas para aprender a odiar, eran enviados para combatir los unos contra los otros. Los diversos mesianismos secularizados, que han intentado sustituir la esperanza cristiana, se han revelado después como verdaderos y propios infiernos. Hoy estáis reunidos aquí para afirmar que en el nuevo siglo no os prestaréis a ser instrumentos de violencia y destrucción; defenderéis la paz, incluso a costa de vuestra vida si fuera necesario. No os conformaréis con un mundo en el que otros seres humanos mueren de hambre, son analfabetos, están sin trabajo. Defenderéis la vida en cada momento de su desarrollo terreno; os esforzaréis con todas vuestras energías en hacer que esta tierra sea cada vez más habitable para todos."

El jueves 2 de abril habrán pasado 4 años desde que JP II se nos fue a la Casa del Padre.

Íñigo Belabarce

jueves, 26 de marzo de 2009

Álvarez del Manzano, el Valiente


Encontrar hoy en España políticos con algo de integridad es difícil. Por eso, me ha dado una gran alegría leer el artículo publicado por José Mª Álvarez del Manzano en ABC titulado “Aborto: la muerte autorizada”.

Felicito a nuestro antiguo Alcalde sobre todo por el fondo del artículo, pero no me parece nada despreciable la forma: pocas críticas al aborto he visto tan brillantemente ordenadas, intelectuales, concisas y, sin embargo, completas. Aborda la cuestión desde el punto de vista jurídico, filosófico, político, moral y médico, y acaba con una valiente exhortación: “Ya no valen subterfugios y simulaciones, hay que definirse y, si estás a favor de la vida y en contra de la cultura de la muerte, hay que expresarlo con decisión”.

Don José Mª: me quito el sombrero. Gracias y enhorabuena. A todos los que no lo hayan leído: vale la pena que lo hagáis en este enlace: Aborto: la muerte autorizada

miércoles, 25 de marzo de 2009

Una larga noche en vela

A mi peor enemigo no le desearía la muerte, pero sí que pasara alguna que otra noche en vela... y es que es un clásico verdaderamente tortuoso el de las noches de insomnio.

Te acuestas a la hora de siempre, como un día cualquiera... pero hoy te ha tocado: no hay manera de que te duermas. Te lo tomas con deportividad y coges un libro para que te entre sueño: después de leer cincuenta páginas te das cuenta de que podrías leer El Quijote antes de que se te cierre un ojo. Te levantas: vasito de agua, cigarro en la cocina y otra poquito de agua para suavizar la garganta antes del segundo intento de la noche.

Allá que vamos. Parece que sí... pero justo cuando estás en ese momento dulce entre la vida y la muerte te empieza a picar de forma sobrehumana el talón del pie izquierdo o cualquier otra zona extraña del cuerpo difícilmente rascable. Ya no te lo tomas con tanta deportividad, ¿verdad? Te rascas con fruición la zona del picor, con unos aspavientos tan ridículos que si alguien entrara en ese momento en el dormitorio se acabaría toda tu reputación. El pelo te molesta, y la almohada es cada vez más incómoda. Y así, todo.

Al dar las siete de la mañana decides no intentar dormirte, puesto que has de levantarte a las siete y media. Justo al pensar eso es cuando te quedas dormido... hasta las dos de la tarde. Total: que has perdido la noche y la mañana. ¡Ánimo, hombre, que todavía puedas remontar algo en lo que queda de día... o no!

martes, 24 de marzo de 2009

Cuidado con el de tu izquierda

Has quedado a las 22 horas en casa de un amigo para tomar unas copas y charlar. Cenas pronto, con tiempo suficiente para ir antes a comprar tabaco y una botella con ese dinero que tanto te ha costado conseguir, bien sea trabajando o bien forcejeando con tus padres. Llegas y, como muestra de magnanimidad, dejas la botella y el paquete de tabaco con el mechero encima, sobre la mesa.

Te enciendes un cigarro y pones una copa al de tu derecha y otra al de tu izquierda. Luego, te sirves la tuya propia. Al cabo de cinco minutos, el de tu izquierda se sirve otra copa con tu botella: es un amigo, lo mío es suyo, piensas. A los tres minutos vuelves a disculparle el cigarro que te ha cogido como si fuera suyo: eso es que hay confianza, te dices, y te haces el tonto. Pero a partir de ese momento, empiezas a vigilar celosamente tus posesiones con el rabillo del ojo. Sonríes, pero ya te está poniendo nervioso.

¿Dónde está mi mechero? Mira tú qué casualidad: ¡pero si está en mi bolsillo!, dice tu nuevo enemigo. Guardas entonces tu paquete de tabaco con cuatro cigarros en el bolsillo. Sabes que, por desgracia, sólo te fumarás dos: los otros dos los disfrutará el de tu izquierda porque, cada vez que saques el paquete, él estará al acecho para pedirte. Por eso lo haces con disimulo, pero es absurdo: lleva años practicando el deporte del gorroneo, y no se la vas a dar con queso.

Cuando ya no te queda nada, decides observar cada movimiento del de tu izquierda. Entonces descubres una nueva cualidad del gorrón: reparte hábilmente sus peticiones entre todos los presentes, para pasar desapercibido. Y es que éste suele ser uno de sus puntos fuertes: pasar desapercibido. Y lo consigue hasta el día en que se juntan cuatro o cinco amigos suyos y se dan cuenta de que todos están a dos velas por culpa del mismo tío: el que se sienta a su izquierda. Ese día se le ha acabado el chollo, porque la unión hace la fuerza. Amigos del mundo: ¡destapad al gorrón!

Por cierto, lo reconocerás porque cuando ya te estás yendo, es el que te pide un euro para el autobús.

viernes, 20 de marzo de 2009

Lo que va del farfollas al culturipollas

Espero que la siguiente contribución al repertorio de insultos para caballeros goce de la misma buena acogida que los anteriores post de Drulo e IB.

Por insistencia de uno de nuestros lectores abordamos hoy el espinoso asunto de los derivados del insulto "gilipollas" (en adelante "insulto base"). Se trata de un recurso necesario para la conversación fluida en castellano que con facilidad cae en la repetición y la falta de matices de la interjeción y el adjetivo grueso.

Ahí que vamos.

La RAE dice que el "insulto base" es de uso vulgar. Eleva a la categoría lingüística de "coloquial" el adjetivo "jilí" o "jil", que traduce por "tonto, lelo". Creo que no hace falta ser Camilo José Cela para inferir qué añadido propio del "insulto base" lo hace caer en ese rincón -marginado con saña por los lingüistas y frecuentado por el hispano medio- de lo vulgar.

Hasta aquí la RAE, su limpieza, fijeza y esplendor. Nos adentramos ahora en los barrios bajos del castellano, en las selvas tropicales de la evolución lingüística.

FARFOLLAS

Terra incognita, decíamos, el origen de este epíteto. La sonoridad remite de modo inmediato al "insulto base", con un innegable acento "sexuado".
La raíz "Far" nos trae imágenes del far west.

El farfollas es un chulo de película del oeste, de una masculinidad quizá excesiva (para lo que en realidad hay). Posturas, modo de hablar, seguridad impostada. ("Far", es lejos, en inglés, dice Julie Andrews). El Farfollas va demasiado lejos en sus afirmaciones o comportamientos.

Pero en el uso de este insulto hay algo más. Algo casi positivo que permite a algunos autores afirmar con rotundidad "el mundo necesita farfollas". Hay un exceso de autoestima, con muestras imponderadas de afirmación personal. Pero esto es a veces preferible al apocamiento del pusilánime o del tímido. Sobre todo en algunas circunstancias, "el mundo necesita farfollas". Pero por el peculiar cartácter extrovertido y teatral del farfollas "simpático" no cabe más que uno en cada situación o ambiente. Un segundo farfollas resulta a la postre insoportable o conflictivo. Una combinación peligrosa o un penoso ejercicio de imitación.

CULTURIPOLLAS

Este insulto tiene que ver con el sabor de boca. La apariencia de una conversación culta -que enseguida detallaremos- por parte de este sujeto, deja en sus contertulios un mal sabor de boca. Hay algo falso en todo lo que ha dicho o hecho. Es difícil de describir, pero se resume en la insoportable necesidad de mascullir el insulto base (recuérdese: gilipollas) entre dientes, y meneando un poco la cabeza. Si se unen esos dos elementos, estamos ante un culturipollas.

Esto es lo que lo distingue del pedante o del friki. El pedante causa en su interlocutor sorpresa y exasperación: incredulidad ("no es posible que este tío me esté hablando de esto"). Esa reacción viene provocada por la tan sabida característica del pedante: se escucha a sí mismo.

El culturipollas se gusta a sí mismo, pero no le da la cabeza para escucharse. No hay auténtica inteligencia o saber, al contrario que en el caso del pedante, que sufre sobre todo de un problema de intencionalidad y comunicación. Al pedante cuesta escucharle, pero es posible aprender algo de él. Al culturipollas no le aguantan ni en su casa, y rara vez dirá algo que no se aprenda ojeando en un libro de citas célebres.

En cuanto al friki -insulto de reciente origen, que muchos caballeros prefieren omitir por sus resonancias anglófilas-, la reacción tipo es la risa y el extrañamiento. El friki es ridículo. El pedante puede serlo solo por inoportunidad: su discurso está fuera de sitio, pero podría haber un cenáculo de filósofos que lo recibiera como algo natural. En el caso del friki se trata de una extranjería vital: se está en otro mundo, que se comparte con otros frikis. Sin duda esto deriva de la querencia obsesiva del frikismo, naturalmente acentuada por el contenido de sus teclas o hobbies, que son de carácter minoritario o poco "normal".

Para otra ocasión dejamos adjetivos del mismo campo semántico: flipao, obseso... que tienen rasgos comunes con el friki o el culturipollas.

Espero que esta semana que entra seamos más precisos en nuestras invectivas para con el prójimo.

IB

jueves, 19 de marzo de 2009

Homenaje a D. Agustín de Foxá, uno de los grandes


Como es de bien nacidos ser agradecidos, agradezco a Don Agustín de Foxá (q.e.p.d.) haberme hecho disfrutar con su gran crónica de lo ocurrido en Madrid entre los años 1930 a 1937. En ella, nos describe magistralmente el perfil de los que se arrimaban al poder en la noche del 14 de abril de 1931:
Acudía a casa de los vencedores una nube de parásitos y rencorosos, republicanos "de toda la vida", que unas horas antes habían pordioseado en Gobernación un acta de concejal monárquico, masones durmientes que despertaban de pronto reestrenando en manos y orejas los viejos signos olvidados, estudiantes gafudos y pedantes de la FUE, catedráticos krausistas, médicos ensayistas y taciturnos escritores del 98, y toda una turbamulta de grandes fracasados, enfermizos intelectuales de sexualidad mal definida, militares arrojados por los tribunales de honor, periodistas de La Voz y del Heraldo, y estudiantes que habían perdido todas las oposiciones. Veían en la República un botín cuantioso. Se repartían mentalmente los cargos.
O más adelante, una vez proclamada ya la II República, nos habla de la venganza del pobre:
Era un lírico del odio, un polemista de la venganza. (...)Ese era el símbolo de los mediocres en la hora gloriosa de la revancha. Un mundo gris y rencoroso de pedagogos y funcionarios de Correos, de abogadetes y tertulianos mal vestidos, triunfaban con su exaltación. Era el vengador de los cocidos modestos y los pisos de cuarenta duros de los Gutiérrez y González anónimos, cargados de hijos y de envidia, paseando con sus mujeres gordas por el Parque del Oeste, de los boticarios que hablan de la Humanidad, con h mayúscula, de los cafés lóbregos, de los archivos sin luz, de los opositores sin novia, de los fracasados, de los jefes de negociado veraneantes en Cercedilla, de todo un mundo sin paisaje ni sport, que olía a brasero, a Heraldo de Madrid y a contrato de inquilinato.
Con este ambiente cutre y hostil qué mejores versos para acabar que los de Carlos Miralles, un joven católico y monárquico que sufre por su confusa y atribulada España:

Plúgole a Dios darme el ser
en este siglo sin Dios;
oscuro como no hay dos,
noche sin amanecer.

lunes, 16 de marzo de 2009

Gran Torino: Oscar ha muerto

Hace poco hablábamos de cómo el poeta Miguel D´Ors se despedía definitivamente del cotarro de los premios, reconocimientos y demás hipocresías sociales. Pues bien, tras enterarme de que Gran Torino no ha sido siquiera nominada a los Oscar, estos premios me parece que están más contaminados que los que critica el amigo D´Ors en su poema.

En mi opinión, conquistar la estatuilla dorada está tan devaluado como acceder al asunto de la Bernarda: si quieres hacerlo has de rebajarte. Y la mejor película de los últimos años no lo hace: pone sobre la mesa la vida, la muerte, el perdón y la Iglesia católica (le ha debido de sentar un poquito mal al lobby judío, tan aficionado a dicha virtud y a la citada institución) y, para colmo, emplea el insulto mariquita (definitivo para la sentencia de muerte que dicta el otro lobby que domina Los Ángeles).

Gran Torino contiene muchos mensajes. Uno de ellos es que el amigo Oscar ha muerto. Pero, Clint, ¿quién necesita la gloria de este mundo sino los mundanos? Ahí se queden!

viernes, 13 de marzo de 2009

El barbacoas


Todos nos hemos topado alguna vez en la vida con uno de ellos. También son conocidos como el cocinitas, el voluntas, el culopreto o, más familiarmente, el tío ese pesao. Se trata de personas con un exarcerbado sentido del espíritu de servicio mezclado con un punto de aburrimiento y otro poquito de egocentrismo.

Son los que piensan que cuando ellos duermen el resto del mundo también duerme, porque se consideran necesarios en todos los fregaos. Lo que no saben es que es precisamente cuando se van ellos cuando empieza la fiesta. Y es que uno se siente culpable y lo pasa mal al verles dejarse la piel por hacerte continuos servicios que tú no les has pedido. ¡Pero siéntate ya! Y nada: es incombustible; ahí sigue desfondándose gratuitamente.

Es el clásico tío que se muestra reacio a que le sustituyan en el turno de hacer la carne en una barbacoa, que siempre prepara el fuego en los campamentos, que se enfunda el delantal de principio a fin de la comida, que cuando alguien se desmaya se convierte repentinamente en médico, que es más papista que el Papa. En definitiva, él es un experto en todas las materias y, por tanto, nadie mejor que él para asumirlas íntegramente.

Pues nada: asúmelas, asúmelas. Yo no me voy a sentir mal por no hacer más de lo que tengo que hacer, por dejarme servir una buena panceta en la barbacoa, por preferir hablar con los amigos cuando estoy con ellos a hacerles mil servicios materiales innecesarios. Así, tú -barbacoas- y yo estaremos contentos.

martes, 10 de marzo de 2009

Donde el poeta se despide definitivamente del cotarro

Me dice un amigo que por qué no me presento a premios de escritura. Le contesto con un poema de uno de los grandes, Miguel D´Ors, titulado Donde el poeta se despide definitivamente del cotarro:

Adiós, adiós revistas, premios, antologías,
fulgores de El País y el Segundo Canal,
adiós generación del 70, divino
tesoro, te he perdido para nunca jamás.
Para ser comunista me falta la langosta
(que no es poco faltar)
y, como don Antonio, tampoco soy un ave
de ésas (menudos pájaros) del nuevo gay trinar,
y no versificando ni a la izquierda
ni debajo de nadie, ustedes me dirán.
Adiós entonces, fama, adiós obras completas,
adiós escalinatas hacia Carlos Barral,
adiós muchachos, nunca compañeros
de mi vida (a Dios gracias –y gracias además
a los sabios consejos sobre las compañías
que me dio mi papá–).
Pero todos felices: la Poesía
y yo tendremos más intimidad,
y vosotros qué gozo: en la carpeta
de Félix Grande un poco menos de original
y un poco más de alfalfa en los amenos prados
del Parnaso local.
5-IX-82
Y añado yo: sic transit gloria mundi o, en versión laico-romana, memento homo es!

viernes, 6 de marzo de 2009

"Eres un matao"

Estimado Drulo, y demás lectores.
Me atrevo a añadir el más importante de los insultos.

"Matao"

Es un insulto que se dice en voz baja: no se grita. Es que no hace falta. Está teñido de un poco de pena y de desprecio: no de odio o animadversión. Se deja caer, mientras uno se gira para mirar a otro lado...

"Eres un matao".

Te has dejado la piel para conseguir algo vistoso, pero mediocre (aunque para tí sea el no va más), que no valía tanto la pena, y que los demás consiguen muchas veces sin hacer los sacrificios que tú has tenido que hacer. Porque lo has conseguido a costa de cosas que de verdad merecían tu atención (los amigos, la salud, el alma, la honradez, la dignidad como trabajador, etc). En fin: que por poner tus aspiraciones en un punto que te superaba, estás orgulloso de algo que no te resulta adecuado, y cuyos costes de oportunidad son excesivos.

Es obvio que detrás de todo matao hay un complejo de inferioridad que se intenta superar con un éxito que se considera vistoso o valorado por los demás. Pero el matao olvida que somos unos cabrones que vamos a reírnos de sus ingentes esfuerzos, y que solo la aceptación de sí mismo y de sus capacidades podrán devolverle la autoestima que necesita...

Se trata de un insulto tan cruel que no debe encontrarse en la boca de un caballero más que en contadísimas ocasiones.

IB

jueves, 5 de marzo de 2009

Insultos clásicos

Con la masificación universitaria, todavía vigente, la tendencia a la mediocridad del colectivo "letrado" es clara. Una de las muchas muestras de ello es la pobreza de los insultos. Por eso quiero reivindicar esos insultos geniales que, en su ingenua sencillez, saben dar en el clavo a la perfección. He aquí un elenco de mis favoritos:


Marisabidilla, mentecato, canelo, idiota, inútil, tuercebotas, soplagaitas, cateto, pelele, culturipollas, zote, zoquete, mastuerzo, bodoque, borrego, mendrugo, zopenco, tarado, cenutrio, cretino, simple, mameluco, panoli, pringado, primo, zángano, botarate, borono, inepto, perturbado, vaina, perjudicado, juanlanas, meapilas, obtuso, negado...

miércoles, 4 de marzo de 2009

El vuelo del halcón (Spot Party I)

Hace años un cura joven paseaba por las lindes del edificio Beatriz, donde tiene su sede estable la fiesta de la espinilla.

Supongo que medio caída la tarde. Corrillos de niños y niñas que alternan la conversación y el postureo de su género, con breves incursiones en el entorno del otro sexo. Un clásico. Pero ellos quieren parecer surferos. Y ellas Kate Moss de tiendas por Picadilly Circus. Unos y otras van al fisio con frecuencia para aliviar los músculos del cuello: sobrecargados de tanto gesto para apartar el flequillo.

El efecto en sus incipientes psiques es parecido al del alcohol (que aún no han probado más que a hurtadillas, y mezclado con soft-drinks): una caraja mental nerviosa y excitable, que bulle de superficialidad y risitas.

Vamos, que pasa el cura todo estirado por allí, mirada al frente. Y algunas spot-girls y spot-boys empiezan a lanzarle piropos, a pedirle la bendición, un saludo, algo. En fin: piden que descienda del reino de lo sagrado, lo serio y lo eterno al chapoteo tarado de sus bromas adolescentes.

- Padre, ¡confiéseme que soy una pecadora! - le dice una arrimándosele, con más tontería que un mueble-bar.

Y viene el descenso del halcón. El picado preciso y violento, elegante, sutil, rápido como un rayo hacia la presa. Se manifiesta la superioridad del espíritu y el intelecto, no solo por su capacidad para volar sobre las nubes y tratarse de tú con el sol y el viento: también a ras de suelo el halcón domina.

- No te preocupes niña... ser tonta no es pecado.

La alimaña queda atrapada entre el pico y las garras del ave rapaz, que asciende al instante, llevándola al cielo. Limpiamente: el halcón no ha tocado el suelo, no se ha salpicado siquiera del barro. Pertenece a las nubes, al aire.

Y ahí sigue la niña. Plantada a la puerta del VIPS eternamente.

IB

martes, 3 de marzo de 2009

Serrano 80

Esto no es esquizofrenia. No soy la segunda personalidad del titular de este Blog. Soy Íñigo Belabarce. El típico tío que viene de Pamplona a la capital.
Todo empezó con una cerveza y media tosta de jamón en Serrano 80. El titular se dejó colgada mi mochila con los bártulos de la natación. Y a cambio me llevé las claves de acceso a este areópago virtual.
Ese día anuncié que escribiría sobre la "Spot Party": la Fiesta de la Espinilla.
No voy a describirlo. Os daré las señas, y pronto habrá foto.
VIPS de lista, cualquier viernes por la tarde. Estáis todos invitados.
IB