jueves, 1 de enero de 2009

Don Manuel

El primero de enero trae consigo cada año sus correspondientes clásicos.

Quién no ha pasado una Nochevieja con Ramón García (Ramonchu para los amigos);
quién no ha añadido uvas en el cuenco del abuelo provocándole así auténtica desesperación al ver que, un año más, no ha conseguido tomarse las uvas en el tiempo estipulado;
quién no ha confundido los cuartos con las campanadas;
quién no ha dicho "año nuevo, vida nueva" para luego seguir siendo el mismo zoquete, seguir fumando, seguir sin pegar ni chapa o seguir sin novia;
quién no ha comido a las cuatro de la tarde, dolido al darse cuenta de que aunque sea un año nuevo la juerga del día anterior sigue pasando factura;
quién...

¿Quién felicita a los que se llaman Manuel el día 25 de diciembre?
Aunque hace ya años que nuestra Madre la Iglesia trasladó la fiesta de Enmanuel al día de Navidad, en el fondo todos seguimos sabiendo que realmente el santo de aquellos que se llaman Manuel es el 1 de enero. Y nos resistimos a felicitarlos cuando marca el moderno santoral. ¿Por qué?

Sencillamente porque es un clásico.



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