Hace unos días me encontraba con unos amigos en la ventolera de la playa de Xeraco cuando, para nuestro regocijo, nos reencontramos con una de las estampas típicas de las playas y los parques en las tardes de verano y de invierno. Efectivamente, unos ancianos jugaban enormemente concentrados al clásico juego de la petanca. Juego maravilloso por su sencillez, pero que no se presta a bromas: cuando se juega a la petanca se juega muy en serio. Los más profesionales llevan su metro, porque cuando se es viejo zorro no se desconoce que a veces la victoria es cuestión de medio centímetro.
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