domingo, 30 de agosto de 2009

Viejos y nuevos ricos


Lo prometido es deuda y, aunque sean las tres de la mañana, escribiré un poco sobre los nuevos y los viejos ricos, siempre con la relatividad y la matizabilidad (si es que dicho palabro existe) propias de lo opinable. No reparé en la existencia de estos dos clásicos y sus importantes diferencias hasta que leí la genial novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa titulada El gatopardo. Por eso, si alguien quiere profundizar en este clásico, le recomiendo leer el libro o ver la película, muy bien adaptada.

Dicho lo dicho vayamos al tajo: la diferencia fundamental entre el nuevo y el viejo rico es temporal. Sé que esto es evidente, pero es muy importante conocerlo para saber disculpar al nuevo rico de ciertos defectos en su relación con el dinero. Y es que no podemos olvidar que el viejo rico existe porque en su día hubo un nuevo rico.

Al nuevo rico no hay cosa que más le apasione que hablar de dinero. El viejo bien sabe que eso es una ordinariez, y por eso prefiere hablar de economía. Porque mientras el nuevo suele ser un tipo de lo más práctico, pegado al terreno y a lo inmediato, el viejo, con el temple que da el envejecimiento de los billetes familiares, es más teórico, más altruista y más despegado de las propias posesiones. La consecuencia inmediata es que el viejo es generoso con lo que tiene, mientras que el nuevo -con las brasas todavía calientes de la escasez vivida- suele ser un poco huraño.

Para el nuevo rico no existe cosa más importante que los yates y los hoteles de superlujo; el viejo rico sabe que no hay mejor inversión que la dirigida a adquirir una buena educación. El nuevo rico encuentra complacencia en demostrar su superioridad económica y disfuta humillando a los menos pudientes. El viejo rico sabe que a su abuelo (que fue nuevo rico y así le hizo a él viejo) lo consideraban todos un gilipollas por ese motivo, y tiene la lección aprendida.

¡Hay que ver la de cosas que hace el dinero en las personas! Y es que ya nos lo dijo el tío Paco hace tres siglos: poderoso caballero...

3 comentarios:

  1. muy bien explicado, tal como yo lo veo, poderoso caballero es don dinero.

    ResponderEliminar
  2. por cierto que matizabilidad es tan aceptable como el verbo recientemente puesto de moda: procesionar, los paso de Sevilla procesionan en Semana Santa, pues de toda la vida han salido en procesión, los pasos y las personas, así que tu palabro me gusta.

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias por tus comentarios. Utilizaré en tu honor la palabra "procesionar" la próxima Semana Santa.

    ResponderEliminar