miércoles, 16 de septiembre de 2009

Ocio

¡Qué curiosos somos los hombres! A lo largo de todo el año (tiempo de neg-ocio) deseamos poder dedicar más tiempo a nuestras aficiones, a los amigos, etc. Sin embargo, cuando llega el tiempo de ocio y nos coge sin cierta planificación, acabamos hastiados a los dos días. Es un misterio, pero entonces se nos olvidan nuestras aficiones e incluso esos amigos que queríamos aprovechar para volver a ver, nos invade el tedio... y perdemos miserablemente el tiempo. Por eso, creo que lo mejor es afrontar el tiempo de ocio como si fuera de negocio. Lo demás es una utopía: la vida nunca frena. Así somos.

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