-Empezaba ya a sentirme mal, me decía esta tarde una señora de las de toda la vida andando por López de Hoyos. Llevo desde el principio de la calle (yo estaba a la mitad y la calle, si la conoces, es larga) fijándome si alguien fumaba, y nada. Yo cambié mi cigarro de mano, busqué en mi bolsillo derecho y le ofrecí el mechero, que era lo que ella buscaba.
-Es que España está cambiando, señora.
-Y tanto, hijo, y tanto.
-Adiós.
-Adiós.
Sí, España está cambiando, y prometo un poema sobre el asunto.
-Y tanto, hijo, y tanto.
-Adiós.
-Adiós.
Sí, España está cambiando, y prometo un poema sobre el asunto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario