Las pequeñas decisiones pueden traer grandes consecuencias, en ocasiones dramáticas. Me lo demostró el otro día una buena amiga al explicarme por qué es del Atleti. Sí; una vez más, la eterna pregunta: "Papá, ¿por qué somos del Atleti?". Pues bien, el motivo no es otro que el siguiente: cuando era pequeña su padre fue a comprarle una equipación de fútbol y, al ver que la del Atleti costaba la mitad que la del Real Madrid, optó por el pan para hoy, hambre para mañana y adquirió la económica elástica rojiblanca. "Y me fastidió (el adjetivo es un eufemismo del que ella empleó) para toda la vida". La moraleja es clara: pensemos antes de actuar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario