No sé por qué, pero me acaba de venir a la cabeza la historia del origen de la palabra horchata, esa clásica e increíble bebida eminentemente valenciana y, en concreto, extraída de los campos de chufa de Alboraya. Alguno no se la cree, pero como yo sí, y además me gusta, os la cuento.
El caso es que iba Jaime I El Conquistador cansado sobre su caballo tras la reconquista de las tierras valencianas a los musulmanes cuando una moza levantina le ofreció una bebida de color blanco. El monarca aceptó la oferta y, tras dar un largo trago, le dijo en valenciano: Ché, això és or, xata! (¡Eh, esto es oro, chata!). Y, desde entonces, con orxata (horchata) se quedó. Mola, ¿no?
El caso es que iba Jaime I El Conquistador cansado sobre su caballo tras la reconquista de las tierras valencianas a los musulmanes cuando una moza levantina le ofreció una bebida de color blanco. El monarca aceptó la oferta y, tras dar un largo trago, le dijo en valenciano: Ché, això és or, xata! (¡Eh, esto es oro, chata!). Y, desde entonces, con orxata (horchata) se quedó. Mola, ¿no?
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