Aparte de las ya comentadas, existen otras misteriosas manías bastante extendidas por ahí, aunque inconscientes o inconfesadas. Son la de los que cuando llegan a un bar con varias mesas libres siempre escogen una que esté pegada a la pared o la del que cuando anda por la calle va pisando en el centro de las baldosas. La primera tiene su inconsciente justificación en la búsqueda de protección e intimidad. La segunda no tiene justificación alguna más que la pura manía por el orden y la simetría, y es el paso anterior a la enfermedad...
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