Ya que hablamos de telediarios, creo que merece un capítulo aparte esa vecina del cuarto que tras un caso de violencia doméstica atiende a las cámaras en el rellano de su casa, con la hermana chupando objetivo por una rendija de la puerta que ha quedado abierta a la espalda de aquélla.
"Ay que ver, quién lo iba a decir. No, si parecía un matrimonio mu normal, así tan jovencitos... ay, Dios mío, espere hijo (sollozos perfectamente fingidos). Pues, como le digo, en todo este tiempo, nada raro... Hombre, si que es verdad que de vez en cuando se oía algún grito que otro así más fuerte, pero claro, ¿quién iba a pensar qué...? Yo reconozco que alguna vez lo comenté con Antonia (la del quinto), pero, claro, cómo íbamos a saber nosotras nada...".
Y sigue pontificando sobre las vidas ajenas durante una hora más envuelta en su bata rosa claro con los brazos cruzados, pero la noticia no puede ocupar más de 30 segundos.
Y sigue pontificando sobre las vidas ajenas durante una hora más envuelta en su bata rosa claro con los brazos cruzados, pero la noticia no puede ocupar más de 30 segundos.
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