No sé por qué extraño motivo cuando estamos disgustados por cualquier motivo o el aburrimiento nos acecha, tenemos la costumbre de rajar, ya sea de personas o de instituciones. La verdad es que este hábito, siempre en su justa medida, creo que es hasta bueno para la salud. Eso sí: no vale estar rajando todo el día, sólo en situaciones de necesidad y siempre sin rencores. Rajar es como un parto: lo echas fuera y asunto arreglado. ¡Por algún motivo se inventó la expresión poner a parir...!
No hay comentarios:
Publicar un comentario