Nada como un chupito de anís del mono al llegar a casa después de un día de frío. Esa botella pringosa que misteriosamente lleva toda la vida en la despensa contiene el mejor de los remedios para entrar en calor. Es el vodka español, y además, cuando por fin se acaba la botella, sirve como instrumento musical pasando cualquier objeto metálico por la parte rugosa...
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