jueves, 21 de enero de 2010

Más barrio

Ya hablamos en el pasado de la importancia de hacer barrio. Hoy he dado un paso más, y he descubierto que hacer barrio tiene otra gran ventaja. El hecho que me lo ha demostrado ha sido que hoy, desconozco el motivo, me he encaprichado con comprarme una cocacola de dos litros -estoy dejando la bebida, la alcohólica, claro- y una bolsa de Lays receta campesina para el partido de Copa de esta noche, que por cierto no es gran cosa (Atleti - Celta), pero sirve para ilusionarse con el fin de un día de estudio. Total, que sólo había un problema: no tenía un duro en el bolsillo.

Al final, me he dicho: pero si el de la tienda de abajo me conoce desde que soy un niño, ¿cómo me va a negar que se lo pague mañana? Este moroso pensamiento me ha llevado a la tiendecita y, según ponía las cosas sobre el mostrador, el dueño me ha dicho: si te viene mejor me lo pagas un día de estos. Sin que yo le dijera nada. Increíble. Así da gusto hacer barrio.

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