¡Qué entrañables son los días navideños y... qué largos! No sé por qué, pero los días navideños son como años. Hay personas a las que ves el día 23 de diciembre y vuelves a ver el 2 de enero y es como si en vez de una semana hiciera meses que no la vieras. El recuerdo del último encuentro queda borrosamente lejano: ¡cuánto tiempo! En fin, no sé por qué ocurre este fenómeno, me imagino que será por la intensidad de los días navideños... si fueran así todos los días del año moriríamos de empachamiento y agotamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario