lunes, 9 de diciembre de 2013

Hasta lueguito



   Algo hierve dentro de mí cuando alguien dice "hasta lueguito". El odio que me genera esta expresión es tan inversamente proporcional al innecesario plus de amabilidad que intenta darle la persona que la utiliza, que no puedo evitar encasillarla automáticamente en el perfil psicológico de blandita, almibarada, pedante, o directamente gilipollas. Prefiero "hasta luego" o el clásico "adiós".

   PD: Tampoco me gustan mucho, aunque por otros motivos que no vienen al caso, las personas que llaman "jefe", en plan colega, al camarero. Sintiéndolo mucho por mi amigo Jaime, que jamás creo que lea esto.