lunes, 29 de junio de 2009

Mi querida España

Y pensar que llegará el día en que seremos, Dios mediante, tierra y hierba de España... Y es que hasta el cuerpo tras la muerte puede ser inmortal. Cada vez lo tengo más claro: cuando muera quiero un epitafio en mi lápida que, sobre territorio español y bajo mi nombre, rece con Cecilia:
-Tierra de España-

Aprovechar el Domingo


Una vez cada más o menos cuatro meses llega el sábado por la noche y, de una conversación con un amigo, sale el honesto propósito de aprovechar el domingo:

-Oye, ¿por qué no nos vamos mañana a Toledo? -¿A Toledo?, ¿mañana? Y, de repente, sin buscarlo, se te despeja la mente y descubres que mañana, como casi todos los domingos, no tienes nada que hacer... ir a ver a las abuelas todo lo más. Entonces, confías en que si tus abuelas han vivido setenta años durarán una semana más, y dices: Pues vale.

Dan gusto esos domingos bien aprovechados en los que conoces una ciudad cercana y comes sin prisa algo del lugar. Dan gusto esos domingos en los que huyes un poco de los cortos horizontes que dejan los rascacielos de la ciudad y te haces uno con esa España profunda que todos llevamos dentro y que tan poco solemos cultivar.

Ganar



Hoy hace un año...

miércoles, 24 de junio de 2009

Los amigos de Yeyo

Existe en el barrio de Salamanca de Madrid una discoteca llamada Green, cuyo propietario es un hombre que supera los sesenta años, al que familiarmente la gente conoce como "Yeyo". En las pocas veces que allí he estado, he podido detectar una situación curiosa y graciosa que opino se podría elevar a la digna categoría de clásico.

El clásico al que nos enfrentamos hoy es parecido al de los campeones de pádel de España: todo el mundo tiene un amigo que lo ha sido, y al final ocurre como con los votos de Irán: hay más jefes que indios (el que lea, entienda).

Pues con Yeyo ocurre, como digo, algo parecido: todo el mundo es súperamigo de Yeyo; sin embargo, el pobre de Yeyo a veces se pasa de amable fingiendo conocer al tío que lo trata como si lo conociese de toda la vida con la sola intención de saltarse la cola para entrar. Y es que, ya se sabe: por el interés te quiero Andrés.

sábado, 20 de junio de 2009

Anuncio de Heineken

Es que me meo...

Acabar exámenes


Después de todo el periodo de exámenes pensando ilusionado en el día en que se acaben, llega ese día y uno siente una extraña sensación de agilipollamiento y descoloque. Quieres irte de fiesta, pero lo que tu voluntad quiere, el cuerpo te lo impide. Claro, que en eso influye bastante el hecho de que te quedaras apurando el día anterior hasta las 5 de la mañana y que el examen haya terminado a las 2 de la tarde, la universidad esté medio vacía y tú no hayas comido y tengas que volver a casa en el autobús de las 14.30 porque se te ha ido el anterior. Pero tras una comida rápida, una siestecita de 20 minutos y un buen baño, la vida recobra sentido, y eres consciente de que estás de vacaciones. Y entonces se te queda la cara del tío del anuncio de Heineken...

miércoles, 17 de junio de 2009

Revisiones

Se van acabando los exámenes de los universitarios españoles y, con su fin, dan comienzo las revisiones. El buen estudiante no es sólo el que estudia mucho, sino el que sabe gestionar sus estudios, y parte importante de esa gestión es dominar el arte de las revisiones.

Algunos consejos para este delicado momento:

-Mentalidad: Piensa que no tienes nada que perder, y que siempre vale la pena ir a las revisiones: si no dan su fruto en el propio día, lo darán en septiembre.

-Prolegómenos: Llama a la puerta y no abras hasta recibir una respuesta. Pasa, estréchale la mano con una sonrisa y no te sientes hasta que te lo diga. Empieza hablando del verano. Suele encajar bien aquí un comentario del tipo: Bueno, ¿ya casi de vacaciones, no? Es importante este toque de educación: le llamará la atención tu caso -¿cómo habrá podido éste suspender, si parece buen estudiante?- porque la mayoría de la gente llega precipitada y olvida estos detalles. Sólo van al despacho a ver qué pasa y a que pase rápido. Tú y yo vamos a lo que queremos, lleve el tiempo que lleve.

-Generalidades:

a) No discutas sobre los contenidos de la asignatura: lo más probable es que el profesor sepa más que tú, y corres el riesgo de cabrearlo. Más bien, procura destacar en términos genéricos lo importante que es su asignatura, más aún en tiempos de crisis, etc, etc.

b) No hables directamente de tu examen a no ser que estés muy seguro de tus posibilidades de remontada numérica. Habla más bien del conjunto del curso y házle alguna pregunta ¡inteligente! sobre una duda que te impide conciliar el sueño.

c) ¿Y entonces no le digo que me apruebe o qué? No te preocupes: si haces lo dicho él mismo va a sacar el tema. Si tarda y te pones nervioso, sugiérelo con una breve frase inacabada que le haga hablar a él; por ejemplo: Bueno, respecto a la nota, no sé cómo lo verá usted... Con lo que te diga, ya verás por dónde van los tiros y si hay posibilidades o no.

-Órdago: si la cosa se pone difícil tira siempre por el lado sentimental: habla con la voz entrecortada como si te fueras a echar a llorar en cualquier momento. Si eres chica, este argumento emocional puede ser definitivo. Comenta el esfuerzo que has puesto, lo nervioso que te pusiste cuando se acababa el tiempo en el examen y, si te ha dado tiempo a repasar el contenido de la asignatura, échale un órdago: examíneme ahora si quiere. Si no te ves con fuerzas, propónle hacer un trabajo de investigación.

-Desenlace: Si has triunfado, enhorabuena. Dále las gracias y no prolongues mucho la situación. Si ves que estás fracasando, retírate a tiempo y como un caballero: nada de quejas de injusticias. En estos últimos momentos nos jugamos el resultado de septiembre. Así que pídele que imparta el curso que viene la segunda parte de la asignatura (luego ni se te ocurra matricularte con él: no hay que perder de vista que el cabrón te ha suspendido), interésate por sus vacaciones, deséale que sean felices, estréchale la mano y véte a despotricar de él a la cafetería de la universidad con algún amigo.

domingo, 14 de junio de 2009

Ganar en el último minuto

Quién no recuerda las Ligas de Tenerife, el penalti fallado por Djukic contra el Valencia, el golazo de Nayim a Seaman en la final de la Recopa, aquella final de Champions que ganó el Manchester United al Bayern Munich con dos goles en el descuento, la permanencia del Espanyol hace tres temporadas, la Liga de infarto que el Real Madrid ganó el año pasado o, más recientemente, el gol de Iniesta al Chelsea en la semifinal de la última Champions...

Y es que no hay sensación en el fútbol como la de ganar en el último minuto de partido (siempre que en el partido haya algo importante en juego). Yo hoy he vivido la experiencia a escala de liga de antiguos alumnos de mi colegio: ganar o bajar a segunda división.

Empate a 2 en el marcador. -Árbitro, ¿cuánto queda? -Cuatro minutos. Lo cierto es que andaba algo cansado -el capitán del equipo bien lo sabía-, pero al sonido de tan agobiante noticia, se me ha pasado por la cabeza, literalmente lo siguiente: aquí hay que morir. En realidad, creo que todos hemos pensado lo mismo. Algo ha cambiado tras las palabras del árbitro: una fuerza interior, que se sobrepone al cansancio físico, nos ha invadido y, peleones, hemos metido dos goles antes del pitido final. Al acabar el partido, te das cuenta de lo grande y peligroso que es el fútbol: grande por la alegría que supone ganar en el último minuto pasando de la nada al todo en escasos segundos, peligroso porque llegará el día en que un infarto nos mate... ¡Viva el fútbol!

sábado, 13 de junio de 2009

Tópicos mundanos y lavadoras

Uno de los tópicos de la progresía feminista es que la mujer, para ser feliz, para "realizarse", debe librarse de las ataduras que suponen el embarazo y la maternidad. Liberada al fin del matrimonio, podrá verdaderamente sentirse mujer, dicen las almeidas. Para poder entregarse al sexo libre necesitan mantener una jovial y perfecta figura toda su vida, y beben cocacola y cerveza light. Y así, dicen, gozarán de más salud en la vejez. Y cuando llegan a los setenta años, te encuentras con un trapo sucio con tinte rubio, pintalabios rojo pasión y pechos que demuestran la rápida fecha de caducidad de la silicona...


No digo que una mujer no tenga que intentar mantenerse joven y atractiva: por favor, que lo hagan. Pero que no caigan en esa enfermedad que consiste en no querer aceptar el paso del tiempo y el curso natural y sencillo de la vida. ¿Sabéis qué? Mi abuela, después de 21 embarazos, 15 hijos y un admirable marido profesor de colegio con el que estuvo casada hasta el final y que se marchó hace ya casi una década, ha bebido cerveza toda su vida y ha sido ama de casa toda su vida. Para colmo, se acaba de recuperar a la perfección de un tumor cerebral de seis centímetros... ¿qué echó de menos en el hospital? Su lavadora. Y, sin ninguna duda, es la persona más feliz y agradable que he conocido en mi vida. No trato de hacer un alegato machista: hablo de sencillez. Ahí queda eso: Qui potest capere, capiat.

viernes, 12 de junio de 2009

Más que el sol

Tres Jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión. Ayer fue uno, el Corpus, aunque en España la Iglesia lo celebra en casi todos los lugares el domingo siguiente. El caso es que me he acordado de las procesiones del Corpus, clásico entre los clásicos. La última en la que estuve fue la del año pasado en Valencia.

En las procesiones del Corpus sale lo mejor de España a las calles y los balcones. Las abuelas sacan orgullosas los reposteros pacientemente elaborados por sus abuelas cuando ellas eran aún unas niñas. Esos reposteros de fondo granate con una custodia bordada que tuvieron que esconder en la Guerra para no ser quemados.

Las calles más concurridas se cubren de flores y las aceras se llenan de sillas: siempre hay quienes llegan echan la mañana en una de ellas con el bocata o el tapergüer para que no les quiten el sitio.

Mientras se espera la llegada del Santísimo surgen los clásicos temas "ad hoc": que si el año que hice la primera comunión mi madre me trajo vestida de blanco, que si me parece que han cambiado este año el recorrido (a pesar de que casi nunca cambia) o, cómo no, que si qué custodia es la más grande del mundo (la de Toledo suele llevarse la palma, aunque luego siempre surgen nuevas más grandes, como con los que tienen un primo que ha sido campeón de España de pádel: o es primo de todos o todos menos uno se marcan el farol).

Y llega el Santísimo, custodiado por una urna de oro y brillantes y por toda una comitiva que representa a todos los poderes: obispos, militares, políticos y jueces ahí están, haciendo la corte al Rey de reyes... unos con menos conciencia de ello que otros. Y el pueblo llano, a los lados, dobla la rodilla al paso de Jesús Sacramentado, brillando en su escaparate de fino cristal más que el sol. Mientras haya procesión del Corpus, hay España para rato.

domingo, 7 de junio de 2009

Elecciones


Hoy son las elecciones al Parlamento Europeo en toda España. Una vez más, el número de votaciones estará por debajo del 50% de la población española. Sólo quedan por debajo de estas elecciones las de las universidades españolas, en las que hay que dar gracias si los estudiantes que votan llegan al 10%.

¿Qué le ocurre a esta generación? Padecen el mismo tipo de pereza para votar que la que muestran los católicos tibios que no han conseguido arrancar para ir a Misa el domingo por la mañana: por la tarde se les hace muy cuesta arriba... y no van.

Pero si vamos más al fondo del asunto, creo que podríamos decir que lo que realmente le ocurre a esta generación de (no) votantes es que ha abdicado de su deber de construir el mundo en el que vive. Desencantada de una clase política continuamente inmersa en el ombligo de sus luchas de intereses partidistas, la generación actual ha dejado el gobierno de la Nación en manos de quienes tienen el poder cuatro años menos un día, también por ese día. Lo ha conseguido una clase política que sólo busca el ejercicio del poder por el placer del poder, no por el servicio a sus compatriotas.

Y yo me pregunto: ¿en qué se diferencia una democracia con tan bajos índices de participación ciudadana de una dictadura? Sólo hay una diferencia: mientras que la dictadura sojuzga a los ciudadanos con una presión externa a su libertad, la actual democracia ha desarrollado por medio de la propaganda una presión más sibilina, interna, que paraliza a sus ciudadanos ante la responsabilidad de tomar decisiones.

Es lo que Juan Manuel de Prada denomina como la nueva tiranía del Mátrix progre. Una tiranía ejercida por nuestros políticos desde la educación y la propaganda que nos colma de pomposos pseudoderechos, haciéndonos sentir tan llenos de ellos que sintamos la necesidad de echarnos una siestecita para digerirlos. Y mientras dormimos con perezosa felicidad al son de la nana de nuestros derechos, los que cantan ejercen a sus anchas el poder al que hemos renunciado.

viernes, 5 de junio de 2009

Los pobres


Una reflexión que me hago de un tiempo a esta parte: ¿Dónde se han metido los pobres? Yo ya no los veo por ningún sitio... no sé si habrán muerto por el frío del invierno o por la crisis económica. Lo que es seguro es que no han venido a mejor fortuna...¡con la que está cayendo!

miércoles, 3 de junio de 2009

El gazpacho andaluz

Para afrontar con garantías el verano, aquí va la receta de preparación en unos 40 minutos de un buen gazpacho andaluz para 10 personas. Porque un verano sin gazpacho no es verano.


1. Poner en remojo 5 rebanadas de pan del día anterior, añadiéndoles un poco de sal y aceite de oliva virgen extra. Se reservan.

2. Pelar y trocear 15 tomates maduros grandes y carnosos, 5 pimientos verdes, 2 pimientos rojos, 2 pepinos, el corazón de 2 cebollas grandes y, opcionalmente, 2 dientes de ajo. Quitar las semillas a los pimientos. Mezclar todos los ingredientes.

3. Batir la mezcla de ingredientes, añadir un poco de agua y triturar hasta conseguir una crema. Añadir el pan con el agua, el vinagre y batir nuevamente hasta conseguir que todo esté bien triturado y emulsionado.

4. Añadir agua fría y mezclar bien. Comprobar el punto de sal y vinagre.

5. Pasarlo por un colador chino o un pasapurés, para eliminar la piel de pimiento.

6. Añadir más agua si fuera necesario, tiene que quedar una textura de crema líquida. Introducirlo en la nevera hasta conseguir la temperatura deseada y en el momento de servir rociar con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, que mezclaremos con una cuchara de madera.

7. Se sirve con una guarnición de pepino crudo cortado en dados, cuadraditos de pan (normal o tostado), pimiento cortado en cuadraditos y cebolla picada. En mi opinión, unos taquitos de jamón serrano también son muy recomendables. Cada elemento en un platito aparte para que los comensales puedan servirse a su gusto.

lunes, 1 de junio de 2009

El maricón

En nuestros políticamente correctos tiempos más de uno puede escandalizarse al oír esta palabra, pero para tranquilidad de todo neofariseo que se esté llevando las uñas a los vestidos diré que no pretendo abordar aquí el tema de la homosexualidad, sino tan sólo referirme a ese personaje tan clásico que toda la vida hemos llamado todos maricón, sin tratar de designar con tal palabra al que tiene una determinada conducta o tendencia sexual, sino en todo caso al que posee un estilo afeminado. Nadie como Martes y 13 supo reflejar al maricón... de España.


En todas las aulas y trabajos relativamente grandes hay al menos uno, y lo identificarás por lo siguiente: tiene una exagerada tendencia a hablarte a un centímetro de distancia, te apoya la mano en el hombro en cuanto te descuidas, habla con un toniquete chirriante que jamás llegas a creer que pueda ser verdadero a pesar de la evidencia de que lo es, siempre está rodeado de las mujeres más guapas, es amable hasta la náusea, nunca se enfada y, como elemento definitivo, algunas veces te dice que hueles muy bien. Y sin embargo, lo queremos... pero unos centímetros más alejado, por favor.