sábado, 31 de enero de 2009

Elogio de la carretera nacional


Últimamente ando algo escaso de inspiración, así que no creo que a Juanxo le importe que haga un enlace a uno de sus mejores artículos. Simplemente pincha y lee. Gracias, Juanxo!

martes, 27 de enero de 2009

Sesión de tostadas con aceite

Me decía esta tarde Calleja que se ha quitado del desayuno el pan con aceite porque antes se metía "unas sesiones tremendas". Me ha hecho gracia lo de las sesiones, y le he prometido un artículo en el blog. Y aquí estoy ahora, cumpliendo la promesa. No me cuesta, porque cuando alguien me sugiere un clásico, vibro con él.

¿Quién no ha pasado un domingo toda la mañana de palique en el desayuno, poniéndose tibio a base de pan con aceite?

Es genial, y además uno tiene la impresión de que ha arreglado el mundo con esa conversación, de que ha aprovechado la mañana al cien por cien. Es la una y media. Es hora de ducharse tras un intenso desayuno de trabajo.

lunes, 26 de enero de 2009

Los Domingos por la tarde


El domingo acudí a Chamartín para ver al equipo de mis amores. Hay aficiones que sufren sus altibajos, pero una de las cosas más bonitas de la de Concha Espina es su clásica y envidiable imperturbabilidad.

El aficionado del Real Madrid es maduro por edad o por carácter, es enemigo de la intranquilidad. Le gusta ver el partido bien sentado en su butaca. Es amante de las formas: cuando cambian al capitán se levanta y aplaude. Es gozoso ver cómo el aficionado del Real Madrid disfruta haciendo sociedad con los de las butacas de alrededor y, si el equipo gana, hasta se digna invitar a unas chucherías al hijo del vecino de butaca, olvidando así que le perturbó al gritar gol cuando no lo era. Disfruta uno viendo cómo Don Flavio, que acude al fútbol cada domingo desde que era presidente el que ahora da nombre al estadio, pone a caldo uno a uno a los propios jugadores blancos, hasta que uno de ellos marca un gol y entonces: "Ya decía yo que este chico vale oro". Y es que el aficionado del Real Madrid es autocrítico.

El aficionado del Real Madrid es, en definitiva, un aristócrata del fútbol. Y a mucha honra.

sábado, 24 de enero de 2009

Esencia de mujer II

Cinco minutos de gloria de Al Pacino. Este clásico es obligatorio...

viernes, 23 de enero de 2009

Iglesia y taberna


Dice Joseph Ratzinger en "El espíritu de la liturgia. Una introducción" que este binomio es inseparable y esencialmente católico, puesto que nuestra fe es una fiesta, produce alegría y esto se manifiesta en saber disfrutar de los bienes -también materiales y, en este caso, fungibles- que Dios nos ha dado. Cuando lo leí, me produjo una gran alegría y me sentí muy identificado. Lo cierto es que esto es un clásico que muchos podemos vivir cada Domingo, al ir a tomar el aperitivo después de asistir a Misa. Creo que me atrevo a decir que ser católico ayuda a saber apreciar más el jamón serrano, el vino tinto y todo lo bueno que hay en este mundo...

Acabaré con una frase que oí ayer y que me gustó mucho: Ser cristiano es haber recibido como regalo un jamón de Jabugo que nunca se acaba: el sentido figurado se da por sentado... Hasta otro día.

domingo, 18 de enero de 2009

El primer trago de cerveza

Ayer, después de ganar un partido de fútbol, fui con tres amigos a tomar una cerveza para celebrarlo. En cuanto me sirvieron la jarra de cerveza di un largo trago, y vino a mi memoria el clásico libro de Philippe Delerm titulado "El primer trago de cerveza y otros pequeños placeres de la vida". Os dejo con él porque yo no puedo expresar mejor su significado:



"¡El primer trago! ¿Trago? Empieza mucho antes de la garganta. En los labios aflora ya ese oro burbujeante, frescor amplificado por la espuma, y lentamente en el paladar un placer tamizado de amargor. ¡Qué largo parece el primer trago! Se bebe de un tirón, con avidez falsamente instintiva. Saboreamos el color; falsa miel, sol frío. Siguiendo todo un ritual de sabiduría y espera, nos gustaría gobernar el milagro que acaba de producirse y de desvanecerse a un tiempo. Nos gustaría conservar el secreto del oro puro, y encerrarlo en fórmulas. Pero ante esa mesita blanca salpicada de sol, el decepcionado alquimista tan sólo salva las apariencias, y bebe cada vez más cerveza disfrutando cada vez menos. Es un placer amargo: bebemos para olvidar el primer trago."

domingo, 11 de enero de 2009

Esencia de mujer

Hay clásicos que no es necesario comentar: hablan solos.

martes, 6 de enero de 2009

Tarde de Reyes

Esta tarde, como cada año, he acudido a una cita que es ya un clásico en el día de Reyes: he ido a casa de mi abuela a tomar el roscón y he recibido los últimos regalos. Pienso que la tarde de Reyes es más emocionante que la mañana: en ésta tú sabes que tendrás tus regalos -los que has pedido- y ésto le quita un grado de sorpresa al asunto, y además te despiertas temprano, robando al sueño un tiempo precioso. Sin embrago, la tarde de Reyes es distinta: ya has comida, has echado un sueñecito rápido, y nada más llegar a la casa de la abuela recibes ese regalo que no te trajeron por la mañana -la ilusión, perdida en la triste mañana, vuelve ahora- y, sobre todo, tomas chocolate y roscón de Reyes.



¡Que vivan los Reyes Magos, su roscón y sus regalos... y que muera Papá Noel!

La profesión más antigua del mundo

Ya que publico la entrada de ayer con retraso, voy a aprovechar para romper una lanza en favor de las mujeres. No estoy de acuerdo con la clásica afirmación de que la profesión más antigua del mundo es la prostitución. Antes que la prostitución -probablemente el oficio menos noble de todos- existía la ocupación más importante para la sociedad: la inventó Eva, y se llama maternidad.


Esta es la lanza que quiero romper hoy en favor de las mujeres, porque sin ellas careceríamos hasta de la existencia (no hay más que ver que de la decisión egoísta de muchas mujeres, a menudo mal aconsejadas por novios irresponsables o padres cobardes, se deriva la inexistencia de muchos seres humanos en su momento de mayor debilidad), porque gracias a su abnegación aprendemos a salir de nosotros mismos y a servir a los demás, porque han sabido estar siempre en la sombra siendo las que más hacen por la sociedad, porque...son madres.Y eso es un oficio que imprime carácter. A todas las madres, gracias.




domingo, 4 de enero de 2009

No me volverá a pasar nunca más


Después de ver el fútbol de anoche, me fumé el clásico cigarro post-partido con dos amigos. Ese cigarro es genial: en él se decide todo, en él los acontecimientos más recientes pasan a formar parte de ese sereno pasado que hasta ese momento nos agitaba. Pero esto no es de lo que quería hablar hoy, sino el contexto en el que se dio la aparición de ese clásico que todos llevamos dentro y que sólo en contadas ocasiones como la del cigarro post-partido salen a la luz: se trata de los exámenes. Lo dijo Juanpe de forma brillante mientras disfrutaba de una gozosa calada del Lucky que le di:

"Mi madre lleva todo el curso pidiéndome que la acompañe a hacer la compra y que lleve el coche al taller, pero yo le digo que tengo que estudiar, aunque no lo haga. Llega la época de exámenes -de estudiar (más)- y, nada más despertarme, siento dentro de mí una especie de amor universal al prójimo que me lleva a ofrecerme para hacer la compra, a llevar el coche al taller sin que nadie me diga nada y, en definitiva, a hacer toda clase de servicios a los demás que me hacen creer al final del día que he sido un auténtico héroe...pero, en el fondo, soy un cobarde, porque no he estudiado. Y sólo me doy cuenta cuando llegan las notas. Entonces, es cuando me digo: esto no me volverá a pasar nunca más, no me vuelvo a fastidiar el verano, empiezo a estudiar mañana. Y mañana, digo: mañana. Y mañana... y mañana... y mañana..."
Un clásico en los estudiantes españoles, como confirmaba Manu apurando el cigarro. Me voy a dormir, que tengo que estudiar... mañana.

Sin perder el entusiasmo

"Vamos de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo". Esta frase de un viejo conocido me sirve para retomar con ilusión el propósito de hablar de un clásico cada día. Ayer fracasé en mi objetivo; hoy, sin perder el entusiasmo, lo retomo. Esta es la lección de ayer, simple pero profunda: tras la caída, levantarse. El que no lo hace, lo pasa mal y, además, se queda en el suelo.

Tonto. Tonto de remate hay que ser para pretender ser perfecto y, si no se logra, decidir ser totalmente imperfecto. Eso se llama soberbia, cabezonería, y sólo lleva a la desesperación. Total: como dicen Los Secretos, que todo salga mal no es tan malo: ¡adelante!




viernes, 2 de enero de 2009

Los tres grandes temas


Recuerdo una noche del reciente año pasado en la que debatía con un buen amigo acerca de cuáles son los clásicos temas de conversación del hispano medio tras una buena cena y un par de copas en el cuerpo. Por supuesto, acabábamos de cenar y de tomar un par de copas...

Al final, llegamos a la conclusión de que el fútbol, la política y la religión son los asuntos que se nos vienen a la cabeza y al corazón en tales momentos. Y es lógico. Porque somos, como me enseñó mi gran maestro de griego Pedro Luis, σαρξ, λογος, πνευμα; esto es: estómago, inteligencia y alma. Y necesitamos alimentar las tres partes.

Alimentamos nuestros estómagos con suculentas cenas y tremendas úlceras fruto de apasionadas discusiones de fútbol; alimentamos nuestra inteligencia analizando las últimas estratagemas políticas; alimentamos nuestras almas elevando nuestra conversación acerca de Dios y del más allá. Y es lógico. Porque somos clásicos.


jueves, 1 de enero de 2009

Don Manuel

El primero de enero trae consigo cada año sus correspondientes clásicos.

Quién no ha pasado una Nochevieja con Ramón García (Ramonchu para los amigos);
quién no ha añadido uvas en el cuenco del abuelo provocándole así auténtica desesperación al ver que, un año más, no ha conseguido tomarse las uvas en el tiempo estipulado;
quién no ha confundido los cuartos con las campanadas;
quién no ha dicho "año nuevo, vida nueva" para luego seguir siendo el mismo zoquete, seguir fumando, seguir sin pegar ni chapa o seguir sin novia;
quién no ha comido a las cuatro de la tarde, dolido al darse cuenta de que aunque sea un año nuevo la juerga del día anterior sigue pasando factura;
quién...

¿Quién felicita a los que se llaman Manuel el día 25 de diciembre?
Aunque hace ya años que nuestra Madre la Iglesia trasladó la fiesta de Enmanuel al día de Navidad, en el fondo todos seguimos sabiendo que realmente el santo de aquellos que se llaman Manuel es el 1 de enero. Y nos resistimos a felicitarlos cuando marca el moderno santoral. ¿Por qué?

Sencillamente porque es un clásico.