viernes, 23 de enero de 2009

Iglesia y taberna


Dice Joseph Ratzinger en "El espíritu de la liturgia. Una introducción" que este binomio es inseparable y esencialmente católico, puesto que nuestra fe es una fiesta, produce alegría y esto se manifiesta en saber disfrutar de los bienes -también materiales y, en este caso, fungibles- que Dios nos ha dado. Cuando lo leí, me produjo una gran alegría y me sentí muy identificado. Lo cierto es que esto es un clásico que muchos podemos vivir cada Domingo, al ir a tomar el aperitivo después de asistir a Misa. Creo que me atrevo a decir que ser católico ayuda a saber apreciar más el jamón serrano, el vino tinto y todo lo bueno que hay en este mundo...

Acabaré con una frase que oí ayer y que me gustó mucho: Ser cristiano es haber recibido como regalo un jamón de Jabugo que nunca se acaba: el sentido figurado se da por sentado... Hasta otro día.

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