sábado, 9 de enero de 2010

Películas aburridas


Creo que anoche vi la película más aburrida de la historia del cine. Aunque se dice el pecado pero no el pecador, haré una pequeña excepción para prevenir al ingenuo espectador de este sopor cinematográfico llamado Australia. Uno pudiera llevarse a engaño viendo el cartel del reparto de actores: que si Hugh Jackman por aquí, que si Nicole Kidman por allá... nada: es un auténtico pelmazo. Lo mejor que uno puede hacer si la ve por la noche es hacer como con las pelis del oeste después de comer: echarse en el sofá con una manta por encima y dejarse llevar por el más profundo de los sueños. En este caso la película fue tan coñazo que me dio para hacer compañía a Morfeo durante nueve horas seguidas.

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