jueves, 7 de octubre de 2010

Gente simpática

Aquí estamos de nuevo tras un mes de adaptación al nuevo curso ya comenzado.

Hoy ha ocurrido una cosa graciosa en el autobús de vuelta de la universidad. Había muchísimos estudiantes esperándolo y, al llegar, la conductora ha hecho pasar sin picar en la maquinita para acelerar el proceso.

Cuando ya estaban todos los asientos ocupados y tocaba ir de pie, la gente, encabezada por una chica morena, ha ido pasando al fondo del autocar, hasta que la chica en cuestión ha decidido pararse cuando todavía quedaba algo de hueco más allá y unos cuantos viajeros en la calle. Entonces la conductora ha asumido el mando de la operación y, ante el asombro primero y las risas después por parte de los viajeros, ha dado las siguientes instrucciones con tono de broma: ¨a ver, por favor, la morenita del fondo... sí, tú la guapa, avanza un poco más, anda; y tú, rubita, también, por favor; vamos, chicos, apretaros que son todas guapísimas¨.

Me he reído mucho y, después, he comparado el hecho con la manera en que en otras ocasiones he visto a algunos conductores dirigirse a los viajeros de forma borde e impaciente para lograr el mismo objetivo de llenar el autobús o como, directamente, los autobuseros han dejado a veinte personas en la calle esperando al siguiente turno. Esta mujer no ha cerrado la puerta hasta que ha entrado la última persona... y además ha conseguido amenizar un viaje incómodo y ¨apretado¨. Y es que, gracias a Dios, todavía queda gente simpática.

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