martes, 7 de diciembre de 2010

Lecturas universales

Se lee poco, es cierto. Sin embargo, hay dos cosas que todos hemos leído varias veces, y si no lo pensamos no reparamos en ello. Una de elllas es la caja de los cereales. Es todo un clásico leerla y releerla mientras desayunamos y nos vamos espabilando, un día y otro; y aunque el mismo texto nos acompañe tantas mañanas de nuestras vidas, nunca seríamos capaces de repetir dos horas después qué ponía en la caja. El otro texto que hemos leído innumerables veces, también de forma más o menos inconsciente, es el del bote de champú: quién no se ha tirado minutos debajo del chorro de agua caliente leyendo en ese estado de bendita seminconsciencia que provoca una cálida ducha. Conclusión para el fomento de la lectura: hay que dedicar más tiempo al desayuno y a la ducha.

3 comentarios:

  1. Cierto, todo un clásico. Los cereales no forman parte del universo vital de nosotros los más veteranos, pero sí la caja de Chiquilín o María Fontaneda.

    ResponderEliminar
  2. Ion!! Cuánto tiempo!! Algún día escribiré sobre las galletas... Un abrazo!!

    ResponderEliminar
  3. No lo olvides, Chiquilín o María Fontaneda: el resto de marcas son inventos posmodernos, nunca clásicos

    ResponderEliminar