martes, 10 de noviembre de 2009

El misterio de la nevera

¿Qué ve un hombre cuando abre la nevera? Absolutamente nada (como mucho, cerveza). En cambio, es asombroso cómo las mujeres la ven siempre llena de alimentos y oportunidades de preparar exquisitos manjares. Trataré de ilustrarlo con un suceso más o menos reciente:

Últimamente no me hacen la cena en casa -me habré portado mal, no sé- y me lo tengo que currar yo solito. La verdad es que no conseguía salir de la tortilla francesa con patatas fritas, porque al abrir la nevera lo único útil que veía eran los huevos y la cerveza, y al abrir la despensa, las patatas. Hasta que un día mi hermana se dio cuenta del asunto, me quitó los huevos que tenía en la mano para romper y batir, y me ordenó apartarme. El caso es que abrió la nevera y empezó a sacar cosas: para mí era como si se las sacara de la manga, porque de ahí salían alimentos que yo juraría no haber visto nunca en el frigorífico de mi casa. Y lo más increíble: en cuestión de cinco minutos me preparó una cena espectacular con esos alimentos que yo jamás me habría atrevido a juntar, sobre todo por no haberlos visto.

Con lenguaje futbolístico, se podría decir que aquéllo fue un gran pase en profundidad. Y me sentí con tan poca visión de juego como Drenthe junto a Laudrup. Pero bueno, algunos hombres vamos mejorando poco a poco, y de vez en cuando ya me hago unos espaguetis...

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