jueves, 22 de octubre de 2009

Entrañable otoño


Indiscutiblemente, el otoño ya ha llegado. Es un lugar común relacionar el otoño con la tristeza, así que huiré del tópico porque, además, a mí no me inspira pena. El otoño es más bien una estación entrañable, porque recuperamos cosas importantes que, tras varios meses de calor, ya echábamos de menos:

Los pantalones de pana, los calcetines de rombos, los zapatos de cordones, la mantita todoprotectora en el sofá de casa mientras afuera el vendaval nocturno azota las ramas de los árboles, el suelo mojado, el golpe de la lluvia contra los cristales, las hojas en el suelo, los paisajes marrón claro y tantos otros clásicos otoñales sin los cuales la palabra entrañable se nos haría casi ininteligible... Se podría decir casi que en otoño, qué paradoja, hace un agradable calorcito.

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