
Pero lo cierto es que no sería capaz de hacerlo bien. Así que seguiré en castellano. Y así mantenemos la cooficialidad.
Las Fallas las iniciaron los carpinteros valencianos: al llegar la fiesta de su Patrono, San José, sacaban a la calle toda la madera sobrante del año de trabajo y la quemaban. Ahora la cosa ha cambiado un poquito, ¿no?
Pero lo que me interesa destacar sobre todo de estas grandes fiestas es que las pueden disfrutar personas de todas las edades. A las abuelas les entusiasman los pasacalles y llevar su ofrenda para el manto de la Cheperudeta a la Plaza de la Virgen. Los niños disfrutan tirando chinitos en el patio del colegio. Las mujeres de cualquier edad se vuelven locas con ver un traje de fallera, y las adolescentes de ciertos ambientes mantienen auténticas competiciones por llegar a ser la Fallera Mayor de su barrio.

Los castillos de fuegos artificiales (impresionante la Nit del Foc) y la cremá entusiasman a todas y a todos, y son el pistoletazo de salida para la juerga nocturna de los jóvenes. Pero siempre amanece el 20 de marzo, día triste donde los haya...
Desde Valencia, un saludo fallero
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